La autoescuela es un elemento contextual con una influencia
esencial en la conducta del joven conductor. Se critica de forma unánime que la
evaluación sea el criterio de la enseñanza y del aprendizaje impartido en la
autoescuela, es decir, la preparación únicamente para la obtención del permiso
de conducción. No cabe la menor dúa de que se necesita una modificación
sustancial del sentido de la educación y formación vial ligada a las
autoescuelas. Así, se propone la inclusión de contenidos en materia de
seguridad vial que fundamentalmente vayan orientados a que el joven conductor
aprenda a identificar los peligros potenciales, aprenda a tomar las decisiones
adecuadas y a que practique las respuestas correctas y seguras, todo ello en
los contextos más amplios y variados del escenario vial, incluyendo condiciones
climatológicas adversas, hielo, nieve, barro, etc. Estrechamente relacionado
con la modificación del espíritu de la autoescuela, se propone la evaluación de
estas entidades en materia de educación y formación vial como garantía o
criterio que garantice su calidad. Si nos centramos en la investigación
poblacional, llevada a cabo, observamos que una cuarta parte de jóvenes
conductores desconoce los límites de velocidad establecidos para ciudad y
carretera convencional.
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